miércoles, 15 de junio de 2011

              EL CUMPLIDOR DE SUEÑOS





En la calleja, entre tiendas, bazares, fuentes de soda, maleterías  y boutiques un día apareció un gran letrero que anunciaba:
"SOY EL CUMPLIDOR DE SUEÑOS.
CONSULTE Y VERÁ COMO LA VIDA SE TRANSFORMA".
Abajo, en la entrada, en el cristal de la ventana un pequeño letrero que simplemente anunciaba: "Abierto".
Las dueñas de casa que compraban frutas y verduras miraron el letrero y sonrieron.
-Vaya-¡Un cumplidor de sueños! Pero ¿Qué es eso?
¡Qué pérdida de tiempo!
A media tarde pasaban por aquel lugar los profesionales que regresaban de sus labores y en su interior pensaban que los sueños sólo se cumplen con mucha responsabilidad, con mucho esfuerzo, con grandes sacrificios y mucho trabajo.
Los niños que venían del colegio a la hora del mediodía, reían y gritaban tratando de mirar hacia el interior.
-Hey, ¡Cumplidor de sueños!
¡ A qué no adivinas lo que soñé anoche...!
En estos y en otros términos semejantes se burlaban y hacían bromas frente al local del cumplidor de sueños.
La gente iba y venía por las tiendas mirando vitrinas y adquiriendo productos, todo tipo de productos.

Cada mañana, el cumplidor de sueños llegaba a su local, saludaba con amabilidad a cada uno de sus vecinos , aseaba meticulosamente su espacio y colgaba el pequeño cartel: "Abierto".
Muchos que transitaban por allí miraban con curiosidad el letrero, pero en realidad a nadie parecía importarle cumplir los sueños o tal vez nadie se atrevía a evidenciar que tenía sueños incumplidos.
Extraña gente, porque todo el mundo desea que sus sueños de cumplan y acá estaba la gran oferta, la gran oportunidad: Soy el cumplidor de sueños.
Parecía que él no tenía prisas y más bien daba la impresión que no le interesaba grandemente que los clientes entraran en su local, de otro modo hubiese hecho un trabajo de marketing como lo hacían los demás, ubicando grandes pendones, promoviendo ofertas tentadoras e incluso utilizando modelos femeninos que exhibían sus encantos al mismo tiempo que promocionaban sus productos.
Le bastaba el cartel en tonalidad rubí y el pequeño aviso colgado en la puerta junto al cristal.

Pasaron algunos días de agotadoras jornadas para los comerciantes del boulevard y con sus éxitos y fracasos, con su pobreza y su prosperidad veían como el tiempo se iba.
Los comerciantes forman parte del paisaje, al igual que sus tiendas y almacenes.
Un día perecen y de pronto es otro personaje igual o similar el que abre las puertas del comercio.
Es así la vida para ellos.
Como lo es para los banqueros y los empresarios.
Un día parten y sin embargo su empresa continúa.
Un cumplidor de sueños en pleno paseo comercial no era algo menor y no obstante, parecía no importarle a nadie. A no ser que ya nadie tuviese sueños.

Una mañana un jardinero apareció ante la puerta. Miró hacia el interior y escuchó la voz que dijo:
-Adelante señor, está abierto, bienvenido. ¡Es el primer cliente en muchísimo tiempo!
Al entrar le pareció todo impecable y lo que más llamó su atención fue el perfume de las flores que estaban en un hermoso florero en un costado del salón.
-¿Es usted el cumplidor de sueños?
-Si señor y estoy para servirle y ayudarle.
-Es una broma ¿O realmente usted cumple los sueños de la gente?
-Este es mi trabajo señor, ¿Y usted en que trabaja?
-Yo soy jardinero.
-¿Y alguien tiene duda de que usted remueve la tierra, riega las plantas o corta el césped?
-No. Ese es mi trabajo, estoy orgulloso de ello y muchísima gente me pide que cuide de sus jardines.
-Pues bien. ¿Por qué usted me pregunta si hago mi trabajo y si lo hago bien? Si no fuera este mi oficio ¿Pondría un aviso sobre el dintel de la puerta?
-Discúlpeme usted y dígame ¿Los sueños se cumplen de inmediato o demoran mucho tiempo?
-Es como sus plantas, verá que algunas florecen de un día al otro, otras en cambio demoran semanas o meses. Unas son de la temporada y otras no.
-¿Y puede cumplir todos los sueños?
-Los sueños si  Los deseos no.
 Los sueños emanan de su ser profundo, es decir, siempre estuvieron ahí. Es como un botón de rosa, aún cuando nace y permanece oculto, está destinado a ser una rosa.
-O sea que hay sueños que no se pueden cumplir.
-No. Todos los sueños se cumplen, mas cuando se mezclan con los deseos, dejan de tener la pureza y esos no los puedo cumplir.
-Vaya, vaya, tal parece que es una perdida de tiempo.
-Y si usted cumple los sueños: ¿Por qué está en este lugar?
-OH, señor, precisamente estoy acá cumpliendo un sueño. Estoy con usted cumpliendo un sueño.
El jardinero vaciló un momento pero luego agregó:
-Durante varias noches he tenido el mismo sueño.
Yo estoy en mi casa y al mirar hacia los cuatro puntos, puedo ver como todo está florido.
Son flores de todo tipo, de toda especie de múltiples colores y cubren todo el paisaje hasta donde mi vista alcanza.
Es un espectáculo bellísimo, algo que emociona, una delicia para los ojos un aroma indescriptible para los sentidos, algo de verdad sobrecogedor.
Ese sueño ¿Puede usted cumplirlo?
El cumplidor de sueños le miró a los ojos y como quien transmite los pensamientos le respondió:
-Las flores como usted lo sabe, son bellísimas, son perfectas.
Acarician los sentidos del hombre y son lo más cercano a la paz y a la perfección de la belleza.
Pero conviven con las aves y con otros seres, con los animales, conviven con los árboles y con la hierba verde, conviven con cientos de insectos y múltiples brotes de la vegetación silvestre, con los capullos y las mariposas.
Forman parte de un equilibrio perfecto que el hombre no percibe. Es un equilibrio que yo no puedo alterar. Es un hermoso sueño que yo no podría cumplir.
Lo comprendió el jardinero. Pues hasta el más débil pedúnculo sostiene un microcosmos, un fractal infinito.
Entonces pensó que el oficio de cumplidor de sueños no era algo fácil. Requiere un enorme conocimiento de la vida y un discernimiento mayor.
Se despidió de aquel personaje y le agradeció su disponibilidad. Sonrió y abandonó la tienda.
-Visíteme cuando usted quiera y si tiene otro sueño por favor me lo comunica. Haremos todo lo posible por ayudarle.


 
Casualmente pasaba por aquel lugar un monje, quien aprovechando que la puerta se encontraba entreabierta, con gran sigilo entró en la tienda.
De pronto se encontró con la mirada del cumplidor de sueños y le dijo:
-He pasado ya varias tardes por acá y tuve temor de que alguien pudiera verme entrar en su consulta, verá usted, yo soy un monje y no es bien visto que un monje ande buscando cumplir sus sueños, a la gente le parecerá que no está bien.
-Tampoco es bien visto que un cumplidor de sueños, vocifere su trabajo y salga por las calles y caminos en la búsqueda de hombres soñadores. Créame que lo comprendo perfectamente.
-Y dígame señor, ¿Puede usted de verdad cumplir todos los sueños?
-Si, así es, aunque debo manifestarle que hay algunos sueños que no están en la armonía con el universo, son los sueños que no están protegidos, no están bajo la gracia de Dios.
-Y ¿Cuál es la gracia de Dios?
-Pues verá usted, la gracia de Dios es la gratuidad, un don, un regalo algo que se entrega  generosamente sólo por amor, es la gracia de Dios.
-Ah, y los sueños se pueden desvirtuar.
-Si tu sueño no está en ese plan, tiene un costo de cualquier tipo, una factura, si tu sueño no está bajo la gracia de Dios, no lo puedo cumplir, porque expondría a los hombres a vivir bajo el temor, en una preocupación.
-Ya veo, creo que usted podrá cumplir mi sueño, y dígame: ¿Es muy caro este trabajo suyo?
-No, Yo soy el que paga por sus sueños. ¿Sabe por qué?  Porque  yo estoy acá cumpliendo un sueño, mi propio sueño.
El monje, le miró con mucho afecto y ternura y expresó:
-Cada noche al meditar por largas horas, en mis reflexiones, siempre está ante mí la misma escena, la misma imagen, el mismo sueño, algo muy hermoso y místico.
Veo una gran comunidad, hombres mujeres y niños conviviendo en perfecta comunión , en gran paz, todos respetan y toleran a los demás y nadie parece molestarse con la presencia de otros, veo a la gente y todos actúan de manera similar, como si tuvieran una misma mente, un mismo sentir, una conducta y un espíritu similar.
¡ Si ese sueño fuera real..!
-MI querido monje, me temo que es un sueño que no puedo cumplir. Verá usted, cuando cada hombre fue creado, cada uno de los que usted menciona, no quedaron registros de esas creaciones…Somos la misma substancia, pero el diseño de cada creación en particular no se guardó.
No hay por lo tanto ninguno igual a otro, somos todos muy diferentes. Tenemos la misma naturaleza, pero somos diferentes usted y yo y todos los seres humanos.
Es como el escultor que utiliza un molde de yeso, pero luego lo destruye porque su obra va cambiando.
Además a cada uno de nosotros le fue injertada una condición propia. Y aún esto, no fue suficiente. A cada uno de nosotros se le asignó una libre manera de ser y de estar. Un libre albedrío.
Es una ley perfecta, una ingeniería genética.
Algo de este maravilloso plan está interrumpido en su sueño. No hay sueño alguno que pueda alterar esa ley.
Si yo cumpliera ese sueño, alteraría el propio diseño de la creación. Necesito que usted me entienda.
El monje meditó por un momento en silencio y recorrió mentalmente la imagen de cada uno de aquellos hermanos suyos y en segundos pudo descubrir que cada uno era un mundo diferente.
Sonrió porque descubrió la esencia de las palabras que había escuchado.
Se despidió del cumplidor de sueños y no agregó más palabras. Lo hizo fraternalmente. En realidad le bastó este pequeño diálogo para descubrir lo difícil que sería para el cumplidor de sueños ejercer esta misión.
-Muchas gracias por su visita, le ruego que por favor me visite cuando tenga un pequeño o gran sueño. Le agradeceré que vuelva  a verme.


El barrio comercial, el pequeño boulevard era un bullir de gente eligiendo mercaderías y adquiriendo productos que los locatarios tenían como ofertas.
Por la tarde los locales cerraban sus puertas y ventanas, abrían sus cajas y hacían el balance diario.


Muy temprano, por la mañana, la muchacha dio unos pequeños golpes en la ventana y preguntó:
-¿Puedo pasar? Necesito que usted me ayude.
-Adelante, la puerta está abierta, pase usted, buenos días.
-He visto su letrero y quisiera que me ayude a mitigar esta gran pena. Quizás el sueño que está en mi corazón es imposible, pero usted ha escrito ahí, que cumple los sueños de la gente.
-Si, así es, ese es mi trabajo, es mi misión y de verdad que quiero escucharle.
-¡Señor es mi hija, mi pequeña hija, la adoración de mis ojos y de mi corazón!
-¿Qué le ha sucedido a su hija, mi querida niña?
-Era una pequeña y hermosa niña, mi hermosa señorita que recién cumplía los diez y seis años. Mi hermosa niña con su pelo al viento, con su gran sonrisa.
 Mi hija cayó enferma de leucemia y nada se  pudo hacer-continuó la joven-ella falleció hace un mes y desde entonces no hay consuelo para mi….Vivo en la más grande tristeza y en la mayor soledad.
El cumplidor de sueños se conmovió. Sus ojos se posaron con la mayor ternura en los ojos de la madre que tenía el corazón deshecho. Una hermosa muchacha con el espíritu quebrantado y con el alma destruida.
La joven madre prosiguió.
-Moriré sin ella, sin contemplar una vez más su sonrisa. Moriré si ella no está a mi lado, sólo volveré a mirar la luz del día si ella regresa de la tierra de los muertos.
Por favor dígame: ¿Puede usted de verdad ayudarme?
El cumplidor de sueños suspiró, como quien posee la llave del cofre de los tesoros y calmadamente, mirando las pupilas de la joven madre expresó:
-Tu pequeña no vive en la tierra de los muertos,  tu pequeña se encuentra en la dimensión etérica, ella es incorpórea. No está sola allí, tampoco está triste. No experimenta emociones y sin embargo puede verte perfectamente.
Ha visto tu llanto, tu soledad y tu tristeza, mas eso no le conmueve.
Debes saber que los sueños no tienen acceso allí. Los sueños se diluyen en nuestros propios pensamientos.
No puedes tu penetrar en sus espacios. Tampoco ella puede entrar en los nuestros.
La joven no emitía palabra alguna.
El cumplidor de sueños continuó:
-No tengo permitido ni puedo interferir en esa dimensión. Es un sueño que no puedo cumplir, no se conjuga ese espacio con el nuestro, la línea que nos separa es finísima pero al mismo tiempo es infinita.
Los sueños se cumplen solamente en este plano terrenal.
Puedo asegurarte que a pesar de todo tu dolor, tu pequeña está muy bien allí.
El cumplidor de sueños parecía no querer agregar nada más, pero dijo:
-Hay algo de egoísmo en tu sueño. Lo comprenderás después.
No me está permitido ni puedo alterar la paz de los que ingresan en la dimensión incorpórea. Es un hermoso jardín pero no puedes oler ni tocar ni cortar sus flores.
-No hay consuelo para mí-exclamó la muchacha-aunque me mostraras ese jardín.
Algo mío se ha ido con mi pequeña.
-No estés triste-dijo el cumplidor de sueños-no termina todo con la muerte, como no todo termina con el lúgubre invierno. Luego vendrá la primavera.


La joven se alejó de aquel lugar sin comprender ese lenguaje. El sueño de la vida se disipó para ella y el cartel de la entrada perdió todo sentido.
El cumplidor de sueños permaneció en sus pensamientos y luego de algunos momentos se acerco a la ventanilla y giró el pequeño cartel:
“Cerrado”.


En los días posteriores y como suele ocurrir en estos casos,  mucha gente acudió a la tienda del cumplidor de sueños, por fin los clientes indecisos se envalentonaron y no tuvieron temor de las miradas de los curiosos.
De verdad había muchísima gente que tenía sueños.
Pero como también suele ocurrir, se encontraron con la decepción, pues sobre la pared de la entrada se había colocado un aviso en tonos rojos que decía:
“Se arrienda”.


lunes, 13 de junio de 2011

        UN LUGAR PARA EL QUE NACE.





SABIO:

Me lo dicen las escrituras y lo dicen los luceros 
que por estos días, plenos de quietud y de silencios,
ha de venir a este mundo, lo que el mundo más anhela
un niño que fue anunciado, hace ya muchos siglos
y que ha de nacer muy pronto en una noche de luna  
de quietud y de esperanzas, de estrellas y de silencios.
Como yo se de las ciencias del pasado y lo que viene
he construido una torre para esperar al que nace.
Sin duda habrá de nacer, en cuna de noble estirpe
de la más sabia nobleza sin tener quien le rechace
 (Un grupo de magos acompaña al sabio hacia su torre)


GUERRERO:

Yo soy un hombre de acción,
no me gustan las palabras, lucho contra la opresión
por la justicia  y el orden, quiero un pueblo liberado
de yugos y de cadenas. ¡Qué más da que la guerra    
hiera los pensamientos y destruya ideas y sueños!
Por eso, espero al guerrero. un niño de cetro y hierro
que ha de regir mi Nación, imponiendo los derechos.
Tengo acá mi fortaleza para esperar al que viene,
el defensor de los pobres , el que libera al cautivo
el que consuela a los pobres y da pan a los hambrientos.
Acá le espera su cama protegida por lanceros.



 (Soldados rodean al guerrero y le siguen su fortaleza)                      

EL REY:

Yo he construido un palacio
para esperar al gran rey, según lo dicen mis magos.
como dicen las estrellas un rey ha de venir al mundo
un poderoso señor y con un trono de gloria.
Un niño rey nacerá en esta parte de oriente,
hará posible la unión de su reino y de mi reino
donde no falten riquezas ni oro ni realeza.
¿Cuándo vendrá el niño rey? pues tengo listo su templo.
tengo miles de camellos,
tengo una cuna dorada esperando el nacimiento.

( bailarines danzan y acompañan al rey su palacio)

PASTOR:
Al amparo de la noche, las estrellas como techo
nosotros somos pastores que cuidamos las ovejas.
No requiere mucha ciencia, ni armas ni fortalezas
somos los hombres más pobres que habitan estos senderos,
hoy dormimos en la hierba, mañana entre las cavernas
un día el sol nos da fuego, un día el agua que enferma,
tenemos muchas ovejas y conocen nuestras penas.
Yo soy el hombre que espera al que anuncian los profetas
tan sólo eso me queda , una esperanza en la espera.
Miro el cielo por las noches y conozco las estrellas,
algo me dice que pronto ha de nacer en el mundo
el que nos trae el consuelo, la alegría a tantas penas.

(Animales y flores acompañan al pastor  )

LA VOZ:

Así, en medio del tiempo, ricos y pobres esperan
 unos en la opulencia, en el lujo y el dinero
otros en la justicia sin tregua, en las armas en la ciencia.
pero también hay quienes esperan en su pobreza.
Una cosa es verdadera, que Dios cumple sus promesas.


 ( José y María caminan por el escenario hacia las tiendas )


 JOSË:

María, ten un poco de paciencia, que la noche ya nos llega

MARÍA:
Estoy cansada y ya tiemblo, es mi hijo el que ya viene
¿No podrías buen José encontrar sitio en el pueblo?

JOSÉ:
Acá se divisan tiendas, son buenas gentes María
es posible que uno de ellos nos de cobijo esta noche.
No está de más, el que hablemos con sus dueños.

( se dirigen a cada una de las tiendas )

JOSË:
Déjame decirte amigo, que hemos venido de lejos
buscando un sitio tranquilo para que nazca este niño.
¿No tendrías de tu techo, un pequeñísimo alero?
Tan sólo por esta noche; ya mañana nos iremos.

SABIO :
Peregrino de Belén ¿Acaso tu no lo sabes
que hay una ilustre visita que viene por el sendero?
Tengo una cuna muy fina para el sabio que ya llega,
les ruego que me comprendan que aquí no puedo atenderlos
la aldea es grande, seguro, encontrarán otro lugar en el pueblo.

MARIA :

Escúchanos buen amigo, que somos dos peregrinos
que hemos venido a Belén buscando un sitio a mi hijo, 
donde él pueda nacer , alguna tienda pequeña
tan sólo por esta noche concédenos un lugar 
en algún rincón oculto de tu inmensa fortaleza

GUERRERO:

Pero mis buenos amigos,
hay una cuna dorada escoltada por guerreros
espera un pequeño niño, quien liberará al pueblo
de la opresión del Imperio, del yugo que nos doblega.
Siento decirles hermanos que no hay sitio en mis dominios
para un niño como el vuestro.
La aldea es grande y seguro encontrarán lo que anhelan.

JOSÉ:
Tienes un palacio inmenso, digno de todo lo vuestro
nosotros somos viajeros y venimos de muy lejos.
Buscamos por esta noche, un refugio, algo de abrigo
y queremos hospedarnos bajo tu bendito techo.
Nuestro hijo nace pronto y la aldea está completa
¿No tendrías en tu casa, en tu palacio tan amplio
un sitio para este niño, tan sólo hasta que amanezca?

EL REY:
Soy sensible a tu pobreza y muy justo con mi reino
pero mi cuna vacía adornada de luceros 
espera al poderoso rey , un soberano niño 
con su báculo dorado que nos envían del cielo.
He construido un palacio para esperar a este rey.
a las puertas de Israel este príncipe heredero.
No puedo alojarte aquí, pues mi rey se queda fuera,
la aldea es grande,  seguro avanzad hacia el sendero.

 PASTOR:

¿Adonde van ? Se hace tarde
la noche es fría y ya llega, acá se acaba la aldea.
Hacia el campo encontrarán el bosque lobos y ovejas,
es mejor que no alejen y en la posada se queden.

 JOSÉ:

No hay sitio para nosotros, por esta noche en el pueblo
la posada está completa, los caminos están llenos
tal vez Dios nos regale un lugar entre los cerros,
mi esposa espera este niño, en esta noche que llega.


 PASTOR:  

Hay un lugar en las cuevas, en las faldas de los cerros
allí llevo a mis ovejas cuando arrecia el aguacero,
es un establo pequeño, nada pierden con buscarlo,
a la vuelta de la loma , desde allí se ve el lucero

MARIA .

Dios bendiga tus senderos y el redil de tus ovejas
Dios tenga piedad del pueblo y de los hijos que engendra

 PASTOR:

Las ovejas me conocen, yo conozco a mis ovejas
qué más da que en esta noche se queden durmiendo afuera
yo les ayudo más tarde para que entibien el suelo
juntaré troncos y ramas para que hagamos la hoguera
el niño que va a nacer no tendrá frío ni penas

(José y María llegan al pesebre, el pastor no les abandona)

ALELUYA

 LA VOZ:

No viene el rey de los hombres a posarse en la riqueza
no trae el libertador ni armaduras ni coraza
no llega el sabio a confundirse con la ciencia.
Un niño nos ha nacido en el más humilde lecho
donde pueden arribar tan sólo los más pequeños.
¡Qué gran misterio : un rey que nace en el suelo,
acariciado por bueyes, por asnos y por ovejas..!       
 Deja tus planes guerrero,
no esperes sabiduría entre el oro y la riqueza,
el reino que trae el niño, es de otra naturaleza

CORO:

Anda al establo hombre pobre
sabio, rico y justiciero, todos los que esperan algo
 los que tienen la promesa,
que en el pesebre de amor
la luz vence a las tinieblas,
la paz disipa la angustia ,
no hay temores ya no hay culpas
 no hay lugar a las tristezas.






      LAS TRES PRINCESAS DEL LAGO





Fue al inicio del verano, junto a las aguas de un lago
una mañana de sol, conocí a mis tres princesas.
Marcadas sus ilusiones, por penas y por olvidos
buscaban reinos lejanos por senderos y caminos
eran tres princesas bellas desterradas al verano
con un sueño en sus retinas, con el temor del destino.




¿Cuándo vendrá mi príncipe encantado?
¿Quién destruirá entonces los muros del palacio?
¿Por qué ruta ha de venir el que tanto yo he soñado?
¿Por  oriente de mañana, por el poniente al ocaso?
¿En qué brioso corcel vendrá a buscarme?
¿Me encontrará hermosa  aquel día,
cuando sus pupilas se  encuentren con mi mirada?
¿Por qué tarda tanto en llegar si  es mi anhelo
Por qué me entristece y se hace larga su ausencia,                                     y mis brazos se extienden a pesar de que está lejos?



Enmudecía el silencio, mis tres princesas callaban
pues no tenían respuestas.
Su lamento era ahogado en un suspiro sediento.


La más pequeña decía:
Como sueño que se esfuma, se acercó él a mi vida
abrí de par en par las ventanas y me fugué con su cuerpo
en su rubia cabellera, en su dulce piel dorada.
Vagué con él por los bosques, por los ríos y los mares
descargamos el amor, desbarrancamos la dicha,
inundamos de placer cada instante de los días.
Y por fin aquella tarde, cuando el sueño se apagaba
emprendió rumbo en su nave  hacia las tierras lejanas 
más allá del horizonte,donde el océano es calma.

Y mi príncipe no ha vuelto, le he esperado y le he soñado,
le he llamado en el recuerdo y de tanta lágrima vertida,
mis ojos que eran frescura se tornaron en tristeza.
Mi canto que era alegría se transformó en una queja,
mi corazón que latía fue quedándose más lento,
y un sueño que fue un suspiro
se ha perdido entre los días de cada hora ya muerta.


Cuando escuché mis princesas, en los días de verano
me hice aliado de sus risas, de sus penas y tristezas;
fui el ladrón de sus suspiros, el libador de su llanto,
y en aquellas noches quietas, en el silencio de un lago,
mientras corrían las horas, en un desafío a los párpados
nos encontraba la aurora entre frases y cenizas,
entre el trinar de la aves y una música lejana.


La mayor me dijo un día, como hablándole al espacio:
En una cárcel sin muros, en una celda sin trabas
soy prisionera del tiempo y tal vez no me dí cuenta
que puse muros de acero y barrotes en mi puerta,
y mirando hacia mi amado, le he visto pasar de lejos,
a veces como un lucero, a veces como un cometa,
si me atraía su imagen, no es nítido en mis recuerdos.


Mi príncipe era sencillo, nada especial la mirada.
No recuerdo su armadura ni su vaina ni su espada.
¿Cómo era? La lejanía del tiempo lo esfumó con la mañana.
Desde entonces me es lo mismo, inviernos o primaveras,
desde entonces me cubrí con mi coraza
y separo entre mis armas a conocidos y extraños,
desde entonces se disiparon las rutas, los caminos, las distancias.
He escuchado muchas voces, muchos susurros al viento
pero no eran sus vocablos, ni sonrisas ni palabras.
Me he perdido entre la noche consolándome en la almohada,
mas mi príncipe anhelado por tantos días y horas
ha desviado su sendero hacia princesas más vanas:
¿Y si viene por el norte en una noche estrellada?
¿y si viene por el sur cuando arrecian las heladas?
¿Verá el brillo de mis ojos, el rubor de mis mejillas?
¿Deslizará en la candidez de mis pasos aquella dulce mirada?


Deambulando entre los días, afanada con tus plantas,
entonando una canción yo contemplaba tus pasos
perseguía tus suspiros y estudiaba tus miradas;
adivinaba a lo lejos tus pensamientos, tus ansias locas de llanto,
tu corazón intranquilo, tus sonrisas de mañana.


Un día habló la princesa, la de mayor abandono,
cuando se extinguió la luna, ya casi al clarear el alba:
La que no tiene mirada, la que sonríe sin ganas
la más frágil de palabras, la que sufrió desde siempre
la que creció en soledad acompañada de nada...
Si hay historia triste es esta, de quien nace rechazada.


Nací en un tiempo, en que nacer no era bueno,
y cuando vine a este mundo no hubo cuna que esperara
mi madre soñaba entonces con perdidos paraísos, lejos
estaba ni padre distraído en sus afanes.
Un sollozo de creatura, de quien abandona el seno
despertó a quienes reciben el regalo que no quieren.
Mi vida sin alegrías, se extinguía como una burbuja ajena 
entre normas anacrónicas entre prejuicios y reglas


Vendrá un príncipe dorado, a mi vida, de mañana
junto al brote de los lirios, yo sé que vendrá en septiembre
cuando florece el aromo y la brisa es más fecunda,
vendrá a integrarme a este mundo, a sus días a su marcha,
me envolverá con suspiros y con sus ardientes besos
despertará los impulsos que de niña he conservado.
Aquel día de septiembre se escucharán mis susurros,
mis canciones ya olvidadas más allá de la estrellas,
embriagada de ternura será feliz mi momento
y por fin en la euforia de la vida, habrá nacido mi tiempo.
Dejaré atrás los fantasmas y otros príncipes ajenos
los que recorrieron mi vida como visiones fugaces y
querían sin saberlo, arrebatarme estos íntimos momentos.


Todo fue como un suspiro, un pestañar en el viento
escuchaba a mis princesas y mi reino estaba lejos.
Disfrutaba las vigilias, las tardes, el ocaso y la mañana
y sentí entonces que un impulso, un deseo incontrolado
recorría mis arterias, el corazón y una historia ya olvidada.
Allá lejos:mi otro reino. Acá cerca mis princesas.
¡Cómo me hubiese gustado ser el príncipe soñado
y transformarme en consuelo de mis doncellas del lago!


Más allá de las colinas los ríos y las montañas
el tiempo siguió en su avance, en su inexorable viaje
y allá estaba mi reino, unos príncipes pequeños
y los sueños y desvelos de una reina solitaria.
La princesa que en su tiempo esperó que en mi caballo
yo detuviera mi marcha y bebiera de sus aguas.
Ella espera que regrese, desgarrando el calendario
cada noche de luna, imaginará ingenuamente
que su príncipe, descansa junto a un lago solitario.